Después del verano volvemos a coger nuestros hábitos olvidados durante unos meses y empezamos a recuperar nuestro peso. Sabemos que las actividades deportivas aeróbicas como correr, bicicleta, natación, son las que nos hacen perder más peso, pero hay veces que nos quedamos estancados y no siempre lo conseguimos. Esto es debido a una serie de fallos que cometemos, tanto en nuestro planteamiento deportivo como en nuestra vida diaria. Si es importante saber qué es lo que estamos reduciendo, masa grasa o masa muscular, porque puede ocurrir que no estemos bajando de peso por que hayamos aumentado nuestra masa muscular. Aún así, debemos repasar una serie de hábitos y corregir aquello que podemos mejorar:
No cambiar el entrenamiento. El realizar todos los días la misma ruta y ritmo hace que el cuerpo humano se adapte, y realice esta tarea de la forma más eficiente, gastando el mínimo de energía. Para superar esto, cambia tu ruta, incluye cuestas, cambios de ritmo con intervalos de velocidad o terrenos irregulares. Más no siempre es mejor. Llevar un ritmo muy lento puede ayudar a un mejor consumo de grasa, pero no vamos a quemar toneladas de calorías. Entrenar a un ritmo “más alegre” nos hará quemar más calorías que en el mismo tiempo a ritmo lento. Haz cada entrenamiento diferente al anterior y no olvides las jornadas de recuperación que nos evitarán lesiones
No realizar entrenamiento de fuerza. El ejercicio aeróbico es excelente para quemar calorías, pero no es eficaz para la construcción de masa muscular, resultando una composición corporal más favorable. Para ello es necesario incluir ejercicios de fuerza: sentadillas, flexiones, press de banca, peso muerto…, al menos dos veces por semana
Sobreentrenamiento. Si eres corredor y tu objetivo es perder peso, es posible que hagas muchísimos kilómetros, llegando a veces, más allá de nuestros límites con el consiguiente riesgo de sufrir una lesión y entrar “en dique seco”. Es mejor pensar a largo plazo, planificar bien el entrenamiento e ir aumentando paulatinamente el kilometraje y la velocidad.
Moverse menos el día de entrenamiento. Algunos estudios en Medicina y Ciencia en Deportes demostraron que hay algunas personas que compensan después del ejercicio, con menos movimiento el resto del día. Se da principalmente en personas mayores y los que entrenan a altas intensidades. De esta forma no estará consumiendo las calorías habituales.
Comer demasiado. Los seres humanos somos criaturas de recompensa impulsada, utilizando la comida como un premio. Todo lo anteriormente expuesto no sirve de nada si comemos en exceso. Llevar un registro de todo lo que ingerimos nos puede ayudar a ver si supera a nuestro gasto energético. La comida postentrenamiento es otro error muy frecuente. NO siempre hay que reponer de forma especial alimentos.
Bajar de peso significa generar un déficit calórico, es decir que puedes tener hambre en algunos momentos. Aprender a sustituir estos momentos de tentación por una caminata o alguna frutas o verdura, hará que te sientas mucho mejor.
Ana Sierra
1 Comentario
Gracias Ana, me has aclarado algunas dudas que tenia . Muy buenos consejos y muy sabios.